Neiva Reconoce su Historia Ambiental
El pasado 24 de mayo se cumplió un año más en la inquietante vida de “Nuestra Señora de la limpia Concepción del Valle de Neiva”, más de 404 años de existencia. (Hoy Neiva, a secas).
Actos simbólicos y protocolarios se manifestaron por toda la ciudad, ceremonias, conciertos, y bailes del sanjuanero en distintas tonalidades, también se escucharon las tamboras y trompetas.
Neiva es una ciudad musical y natural. Capital del Huila (Colombia). Localizada en el centro del denominado “Valle de las tristuras” entre las cordilleras Central y Oriental.
Contiene como eje estructural y articulador a “el río grande de la patria”: el Yuma de los indígenas, el Magdalena de los españoles conquistadores; a donde confluyen ríos y quebradas que se forman en las estribaciones de estas dos grandes cordilleras (que dividen al país), territorio geológico en formación, de movimientos sísmicos permanentes, montañas y valles en constantes cambios, como todo el continente Latinoamericano.
Los primeros fundadores españoles al hallar tal parecido fisiográfico con la Neiva existente a orillas del lago Enrriquillo, en la Republica dominicana, la llamaron Ceboruco, exactamente igual a la orografía dominicana, serranía ubicada frente a la antigua ciudad de “La Limpia Concepción del Valle de Neiva”. Fue así como a la ciudad llegaron toponímicos propios de las islas españolas: nombres de origen dominicano o español.
En el marco de la sentida efeméride se anunció, quizá por vez primera, que no sólo la historia de los hechos humanos configura la Historia de la realidad, como se ha dicho, sino que también la historia de los conflictos de la naturaleza con la cultura humana hace parte de la Historia del Territorio. Esto es “La Historia Ambiental”.
Historia Ambiental: Son los conflictos transcurridos durante el proceso de ocupación territorial y que contribuyen al proceso de construcción histórica.
Justamente, uno de los grandes retos de la Historia Ambiental es valorar los impactos causados por la acción humana sobre la naturaleza, a través del tiempo, particularmente sobre aquellos “ecosistemas estratégicos para la vida urbana”, con el fin de sistematizar el aprendizaje construido en este conflicto.
Con este propósito, el Grupo SIMBIOSIS de la Universidad Surcolombiana ha editado recientemente una enjundiosa recopilación del conflicto ambiental ocurrido en más de 400 años de existencia de Neiva.
Se trata del libro “Aproximación académica y valorativa al reconocimiento de la historia ambiental de Neiva” *.
La obra aborda la problemática expuesta aquí y lo hace como inquietud epistémica y sistémica, una oportunidad para enlazarla con la Historia Ambiental latinoamericana que se abre paso contundentemente.
También explora las potencialidades ambientales de Neiva en prospectiva al 2032, proponiendo el reto de construir el concepto de “Bio-Ciudad”.
(Según el Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia “Biociudad” es una alternativa para la sostenibilidad de pequeñas ciudades que respiran y protegen sus ecosistemas, limpiamente).
Otro de los hallazgos desarrollado en el libro se refiere a “La Estrella Hidrográfica de Neiva”, reconocida como el “Macizo Hidrográfico urbano”, por su diversidad hídrica y topográfica (p. 57). Lo conforman diversas corrientes intermitentes y constantes de aguas que irrigan saludablemente el perímetro citadino. Es allí donde se originan quebradas tan importantes como la Avichenti y el Chaparro configurando la laguna “los colores”, el sistema hidrográfico-estratégico de Neiva, como se ha reconocido en polémicas recientes, a nivel institucional, gubernamental, y en los medios.
De igual importancia se acepta en el texto, que:
Los conflictos ambientales se manifiestan cuando los imaginarios los promueven o facilitan. Los Conquistadores españoles intervinieron el territorio indígena apoyados en una fuerte gestión militar, doctrinaria y religiosa, que incluía el cambio de nombres de ríos y selvas por los de santidades. Ejemplo: llamar Río de la Magdalena al Yuma de los aborígenes….
La pretensión de valorar el conflicto ambiental urbano exige edificar y desarrollar una nueva ética sobre la valoración del medio ambiente en las ciudades y en su entorno rural. Reclamo que genera, por supuesto, una contradicción epistemológica dada la diferencia entre ritmos biológicos (naturales – ecológicos) y los ritmos humanos (culturales – tecnológicos) que suceden en el ámbito espacial y territorial de estas relaciones.
*El documento completo puede consultarse o leerse en este Blog. Adelante.